Siesta de Verano. Pulse el botón rosa
Esta pieza está creada a partir del emplazamiento de la obra en los jardines de Castrelos: el paseo con los arcos de rosaleda. La artista toma este elemento que evoca el pasado del pazo como contexto para articular una pieza que, en planos, cuenta una historia, o mejor dicho,distintas sensaciones y planos de pensamiento que se entremezclan. Las rosaledas han tenido siempre una connotación claramente femenina y un poco edulcorada, pero ¿qué podría haber detrás de esa languidez, de esas bochornosas tardes de verano que evoca , en la calma de la hora de la siesta, donde las señoritas podrían haber aprovechado para leer novelas rosa o folletines?. Un poco en clave de humor y con tintes histriónicos aunque con un fondo amargo ,la obra cuenta en escenas recortadas, en elementos individuales, un folletín y las sensaciones, algo más tormentosas, que proponía esa evocación de una siesta de verano leyendo un folletín. Los sentimientos inflamados como los paracaídas que hincha el aire, utilizando una iconografía que puede entroncar con la literatura romántica de paisajes tormentosos y luces de anochecer o, simplemente, noches cerradas junto con imágenes más modernas de una heroína cibernética que sufre en clave romántica,empatizando así el estado anímico de protagonista y de lector. Del desgarro de ambas se descuelgan los paracaidistas, como objetos de deseo.Un guiño de chocolate a los protagonistas de las portadas de las novelas rosa. La imagen de supermacho, modelado por el deseo y la fantasía del momento ocioso de la siesta en verano…pulse el botón rosa.