El Sol Sale para Todos
Ésta es una obra que continúa la investigación de la artista sobre el concepto del paso del tiempo. La obsesión que guía este trabajo la lleva a utilizar ese mismo tiempo como elemento que hace posible la lectura de la obra. Las piezas se centran en la creación de espacios que deben ser recorridos para comprender el sentido de la misma. A la obra le da sentido el mismo tiempo que se necesita para ser atravesada, para que “ocurran” los espacios y la conexión entre ellos , dándole un sentido temporal.
Estas escenas son el resultado de las distintas dimensiones que surgen de las diferentes formas de vivirlo.
Aquí vuelve a plantease de forma metafórica , la simultaneidad del tiempo artificia l de nuestra sociedad representado por una imagen frenética que nos recuerda en cierta forma, a las vallas publicitarias con las que convivimos en nuestras ciudades. Siempre a su espalda, como reverso de una misma moneda aparecen espacios más íntimos, pero también artificiales con los que habla del interior del individuo, de su desarrollo personal, su historia vital, y que en este caso se centra en el proceso creativo. A través de ella se atisba la dimensión del tiempo creativo . Por último, y estando pero sin estar, aparece el tiempo natural, el de la vida y la muerte, que suele aparecer de forma sutil , silenciosa, como el paso del tiempo, a su ritmo, sin parar. Tallando todas las existencias, sin atender a nuevos códigos o distintos órdenes de valores. En este caso es una bóveda celeste. Una noche que lleva al amanecer. Esta imagen conecta con la antigua función del edificio donde hoy estamos. En las iglesias cristianas los techos abovedados muchas veces se relacionan con la representación del cielo en la tierra. De alguna manera la función de este edificio era transportar a la gente a otro momento espacio temporal.
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